"Uno se enamora lentamente de Roma, poco a poco, pero para siempre" (Nikolai Gogol)

jueves, 14 de octubre de 2010

Vía Rasella, escenario para un drama


Dicen algunos romanos que en la Vía Rasella todavía se puede ver en alguna de las fachadas impactos de la metralla que produjo la explosión del artefacto de aquel 23 de marzo de 1944. Yo no los he visto, pero sí tengo que reconocer que recorrí toda la calle para sentirme en el corazón del escenario de uno de los mayores dramas de la historia de Roma.
El excelente periodista Iñigo Domínguez, corresponsal en la ciudad eterna de El Correo, dice al respecto de la Vía Rasella, que, aunque parezca una paradoja, el turismo en Roma a veces tapa la historia, y no le falta razón porque esta calle se encuentra muy próxima a la archiconocida Fontana de Trevi, tan visitada y fotografiada por millones de turistas. Y pocos de ellos saben de la existencia y el significado histórico de esta calle que es una pronunciada cuesta desde la Vía del Traforo a la Vía delle Quatro Fontane.

Para sumergirse en esta dramática página de la historia de Roma no hay más que dejar la Fontana de Trevi en dirección opuesta a la Vía del Corso, tomando, según se mira la Fontana, la calle de la derecha, llamada Vía del Lavatore, hasta llegar a la Vía del Traforo, todo ello en pleno Rione Trevi. La pronunciada cuesta que verán al llegar a esa peculiar calle que tiene un túnel excavado bajo la colina del Quirinale, es la Vía Rasella.

En la Roma ocupada por las tropas alemanas, en plena Segunda Guerra Mundial, se produjo un atentado de la Resistencia italiana contra una patrulla de un regimiento de soldados de las SS, es decir, el sanguinario cuerpo de élite de la Alemania de Adolf Hitler. A las dos de la tarde de ese 23 de marzo de 1944, la patrulla de las SS pasó en formación por la Vía Rasella cuando explotó una bomba oculta en un carrito de barrendero que allí dejaron un grupo de partisanos.
Treinta soldados de la patrulla murieron en el acto y sesenta resultaron heridos, dos de los cuales
murieron más tarde. Dos civiles también resultaron muertos un hombre y un niño. La represión de las autoridades de ocupación alemanas no se hizo esperar. Hubo centenares de detenciones y el propio Hitler ordenó que 30 italianos fueran fusilados por cada SS muerto. Más tarde lograron convencer a Hitler y ese número se redujo a 10.

El coronel de las SS Herbert Kappler comenzó en esos momentos una frenética carrera por elaborar una lista para cumplir la orden de fusilar a 320 italianos. Con los judíos no se logró completar así es que se peinó la cárcel de Regina Coeli, todavía hoy en pleno funcionamiento en el Trastevere, incluyendo en esa macabra lista a todo tipo de detenidos entre los que incluso se encontraba un sacerdote católico. Poco antes de las ejecuciones murió otro de los SS que había resultado herido de gravedad, por lo que 10 personas más fueron detenidas y finalmente por un error, o por un exceso de celo de Kappler, se detuvo a 335 personas, que fueron cargadas en camiones y conducidas a unas cuevas situadas en el sur de Roma, junto a la vía Appia, concretamente en la vía Ardeatina. Allí fueron ejecutadas esas 335 personas de un tiro en la nuca. Posteriormente, los alemanes volaron las cuevas con cargas explosivas. Entre los muertos había muchos judios, militares italianos que habían pertenecido al ejército de Mussolini y que ante la ocupación nazi demostraron su patriotismo formando parte de la Resistencia. Había comunistas y personas de ideología conservadora. Hoy Italia les recuerda permanentemente en el lugar donde murieron, un estremecedor mausoleo donde se encuentra las tumbas de esas 335 personas.
De lo ocurrido en Vía Rasella hay abundante bibliografía y también filmografía. Roberto Rossellini se inspiró en el episodio de las Fosas Ardeatinas para dirigir en 1945 la película 'Roma Ciudad Abierta', monumental origen del Neorrealismo italiano, una corriente cinematográfica que dio inolvidables títulos. De peor calidad, pero correcta en lo histórico, se puede ver la película 'Muerte en Roma', filmada en 1973 por George Pan Cosmatos, con Richard Burton en el papel de Kappler y con un impresionante Marcello Mastroianni en el papel de un sacerdote que trata de salvar a los condenados.

En cuanto a bibliografía me tengo que referir sobre todo al estudio realizado por el estadounidense Robert Katz, titulado 'La batalla de Roma', publicado en España por la editorial Turner.

Eso sí, si se encuentran en la Fontana de Trevi y quieren recordar un episodio tan dramático como impresionante de la historia de Roma, no dejen de caminar a la Vía Rasella, y si además, visitan la Vía Appia y las catacumbas, no dejen de entrar en las Fosas Ardeatinas para quedar conmovidos por lo inexplicable de las conductas humanas.