"Uno se enamora lentamente de Roma, poco a poco, pero para siempre" (Nikolai Gogol)

viernes, 6 de agosto de 2010

la grandeza de la pizza




Conocida en todo el mundo, sólo su nombre ya hace pensar en Italia. La pizza es el plato más importante y famoso de la cocina italiana y su popularidad ha llegado hasta el lugar más remoto del orbe. Ese pan plano horneado con productos diversos fue creado en Nápoles en el siglo XVII porque de ello hay referencias escritas que lo certifican. Y porque eso es algo que no se le puede discutir a un napolitano salvo que uno quiera tener un enfrentamiento dialéctico de enormes proporciones. Sin embargo ya se tiene conocimiento que los antiguos griegos preparaban panes aromatizados con aceite, queso y hierbas, y que los romanos también añadían miel.


Viajar a Roma y no degustar una pizza es un pecado mortal aparte de una monumental tontería. La pizza romana que preparan en pizzerías con hornos de leña es muy delgada y crujiente y no tiene nada que ver con la pizza gruesa napolitana, un producto mucho más parecido al pan. La diferencia está en la levadura.


Una buena opción para quien viaje a Roma es la de tomar la pizza al taglio en cualquiera de las centenares de pizzerías que hay por toda la ciudad. Podríamos denominar este tipo de comida como la fast food mediterranea. El concepto es el de comer rapidamente, de pie o caminando por la calle, pero con productos típicos de la cocina mediterránea, es decir, de forma sana.


Para muchas personas les será realmente incómodo acudir a una pizzería de estas características, pedir una porción y comerla allí mismo recién calentada en el horno. Pero merece la pena hacerlo por las auténticas maravillas que se pueden encontrar. Sobre todo si el establecimiento elegido es la Pizzería Florida, situada en la Vía Florida, junto a Torre Argentina, en pleno centro histórico. La calle se encuentra entre la Via Arenula y la Via de la Botteghe Oscure.


Se trata de un establecimiento de pequeñas dimensiones pero el reducido tamaño es inversamente proporcional a la calidad de las pizzas. El secreto está en la masa y perdóneseme la frase hecha pero es que es tal y como lo cuento. Se trata de una pizza esponjosa y al mismo tiempo crujiente.


En cuanto a los sabores basta probar una porción de margarita (tomate y mozzarella) para llegar al convencimiento de que estamos ante una gran pizza. A partir de ahí se abre todo un mundo pizzero de sabores. La pizza de salchicha y pimientos es sencillamente exquisita y la de patata y mozzarella es una originalidad dificilmente prescindible.


Todo un hallazgo es la pizza con la panceta, el queso loncheado y la crema de calabaza de fondo. O la de atún (tonno en italiano) y crema de alcachofas. La pizza de tomate y peperoncino tiene un agradabilísimo sabor picante y hay otras como la de patata y porcini, es decir, boletus, que es una auténtica delicia. La pizza de mozzarella de búfala, tomate y rúcola es otra maravilla.


Pero lo mejor es dejarse llevar por una mirada al mostrador donde se encuentran las pizzas y ver como los jugos gástricos afloran para elegir una porción de cualquiera de las pizzas que allí tienen expuestas.


Por otra parte, según mi experiencia, los precios que tiene la pizzería Florida son de los más baratos que he visto, otro atractivo.

El séptimo cielo de los helados






Roma, a 6 de agosto de 2010






De todos es conocido que los italianos aman el helado y su consumo es el más alto de toda Europa. Hay cientos de heladerías en Roma y en muchas de ellas se puede encontrar alguna grata sorpresa en cuanto a sabores. El turista encontrará en el centro histórico de la ciudad eterna una gran cantidad de heladerías donde degustar sus sabores favoritos o probar alguno más especial y más difícil de encontrar en España.



Pero si algún lector de este blog quiere conocer algo más a fondo la cultura del helado en Roma es necesario hacer algunas puntualizaciones si lo que desea en caso de un viaje a la ciudad es degustarlo con la seguridad de que va a tomar algo de primera calidad.



Para empezar es conveniente consumirlo en gelatterie de produzione artesanale (heladerías de producción artesanal) y prescindir de las de producción industrial. Por ello hay que estar atentos a si la heladería elegida tiene obrador allí mismo, si los hacen en el propio establecimiento. Si esto es así, el consejo que doy es pasar a probar esos helados.



Para los grandes aficionados al helado que en un viaje a Roma quieran conocer una heladería artesanal de gran calidad y con sabores muy originales, y no les importa perder algún tiempo en desplazarse hasta un barrio fuera del centro histórico, me voy a permitir recomendarles la heladería Al Settimo Gelo, situada en la vía Vodice 21 A, en el barrio de Prati, muy cerca de la plaza Mazzini y de la vía Oslavia. La parada del metro más cercana es la de Lepanto y está a unos diez minutos de paseo.



Al Settimo Gelo ofrece helados artesanales muy originales y exquisitos, con sabores de una finura difícil de calificar. Una auténtica delicatessen que difícilmente se puede olvidar es el helado iraní (gelato iraniano), realizado con agua de rosas, azafrán y pistachos. Pero a partir de ahí las posibilidades son inmensas: Desde la untuosidad de un helado de chocolate inmejorable a la exquisitez de helados como el de albaricoque, o el de pistacho.



A los más atrevidos les recomendaría el helado de chocolate a la guindilla (cioccolato al peperoncino) que produce una explosión de sabor en el paladar. Tampoco hay que olvidar el helado de chocolate a la naranja. Para mí es inolvidable el helado a las tres especias y otras propuestas originales son las del arachidi al cioccolato speziato, es decir, cacahuetes al chocolate especiado, la de cassata siciliana o el de sésamo y miel.



Y si lo que se prefiere es un gusto tradicional, seguro que nadie se sentirá defraudado. Porque desde el séptimo hielo (traducción del nombre del establecimiento), se llega seguro al séptimo cielo.