miércoles, 1 de diciembre de 2010
Grazie, Gioacchino
sábado, 16 de octubre de 2010
La auténtica fascinación que produce Roma
jueves, 14 de octubre de 2010
Vía Rasella, escenario para un drama
Treinta soldados de la patrulla murieron en el acto y sesenta resultaron heridos, dos de los cuales
murieron más tarde. Dos civiles también resultaron muertos un hombre y un niño. La represión de las autoridades de ocupación alemanas no se hizo esperar. Hubo centenares de detenciones y el propio Hitler ordenó que 30 italianos fueran fusilados por cada SS muerto. Más tarde lograron convencer a Hitler y ese número se redujo a 10.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Chistes italianos
Por tanto, a los italianos les viene de largo el buen humor y cultivan en sociedad el arte del chiste. Ellos lo llaman 'barzellette' y tienen mecanismos muy similares a los españoles para provocar la risa, pero eso sí, con algunas diferencias.
Por ejemplo, lo que en España son chistes de 'leperos', esto es, de personajes exagerados en cuanto a su ignorancia, que alguien le puso el gentilicio de la localidad onubense de Lepe con gran éxito y que otros traducen a otros municipios con los que suelen tener rivalidad comarcal, en Italia son chistes de carabinieri, es decir del cuerpo policial de carácter militar, muy similar a nuestra Guardia Civil. Así pues, en el país transalpino, los chistes de tontos se los adjudican a los carabineros con una excepción: el futbolista romano y romanista Francesco Totti, un tipo extremo que despierta tanto amor como desprecio, y al que se identifica también como un tanto ignorante y excéntrico, tan rico por su fortuna como despilfarrador y ostentoso, y con la peculiaridad de que su lengua habitual es el romanesco, el dialecto de Roma, una lengua regional por mucho que nos encontremos en la capital del estado y que sólo habla una minoría de romanos. Todo ello aparece en los chistes sobre Totti.
Otra curiosidad es que los chistes que en España dedicamos a Jaimito, en Italia se dedican a otro niño de características similares llamado Pierino.
A continuación ofrezco una pequeña muestra de barzellette, en alguno de los cuales respeto el idioma italiano porque creo que se entiende perfectamente.
1-¿Por qúe no se le puede contar a un carabinero un chiste en viernes? Porque se reirá el domingo en misa.
2- Un carabiniere dice ad un collega: - Gran bella macchina la Panda 4x4!
- E perché non te la compri?
- E dove la metto?!? Ho un garage che è 3x3!
3- Dos carabinieri delante de un espejo:
- Mira; dos colegas. Vamos a saludarlos.
- Para. ¿No ves que vienen ellos?
4- Francesco Totti es llamado a la pizarra por el profesor de matemáticas para una pregunta de geometría:
- Francè, dibújame un cono
Y Totti responde:
- ¿Con o sin helado?.
5- Educación sexual en la escuela:
- Pierino. ¿Qué precauciones se deben tomar en el caso de una relación sexual con una desconocida?
- Darle un nombre y una dirección falsa, señora maestra.
6- Dos carabinieri:
- Pues otra vez se ha quedado mi mujer embarazada, ya es el sexto hijo, yo no se como le voy a mantener.
- Pero tío, controla un poco, usa la cabeza.
- ¿Y no me haré daño en las orejas?
7- La maestra a Pierino:
- Pierino, dimmi chi era Attila...
- Era un Barbaro, signora maestra!
- Soltanto? (trad. ¿Solamente?)
- E le pare poco???
miércoles, 6 de octubre de 2010
La fantasía del quartiere Coppedè
Para llegar al quartiere, un tanto alejado del centro de Roma, lo mejor es tomar frente a la estación de Termini el autobús de la línea 86 en dirección Marmorale, y descender, después de ocho paradas, en la piazza Buenos Aires para tomar desde allí la vía Tagliamento y entrar por el arco a la fantasía que nos legó Gino Coppedè. Que lo disfruten.
martes, 5 de octubre de 2010
La metro de Roma
jueves, 30 de septiembre de 2010
Facchino o los encuentros insólitos en Roma
Yo prefiero llamarlo la fuente del barrilete. Ya hablé de ella en un capítulo anterior cuando escribí sobre el agua de Roma, y tengo que reconocer que es de mis favoritas. Quizá lo sea porque al estar junto a la Vía del Corso, una de las pocas en las que no hay fuentes en Roma, su presencia allí se hace de lo más agradable para combatir la calorina. Es cierto que uno se va de compras por una de las principales arterias comerciales de la ciudad, si no la que más, y, sobre todo si es verano, llega un momento en el que la sed aprieta por lo que se acaba buscando desesperadamente una fuente. Si en esos momentos se está cerca de la piazza Venezia, la solución es Il Facchino, nuestro buen amigo el del barrilete por el que nunca deja de manar agua.
Si se me permite un inciso, quiero terminar de aconsejar en cuanto a la búsqueda de fuentes en las inmediaciones de Vía del Corso. Si se está a la mitad de la calle, al altura de piazza Colonna y del parlamento, la fuente más próxima está en la cercana plaza de San Silvestro. Si se esta más próximo al otro extremo de la calle, el de la piazza del Popolo, el consejo es cruzar la magnífica plaza y junto a la basílica de Santa María del Popolo saciar la sed en la fuente allí existente.
Pero había comenzado a escribir sobre ‘mi buen amigo’ il Facchino. Resulta que ahí donde la ven ustedes, un tanto semioculta en la pared del edificio del Banco di Roma, en una de las bocacalles que salen de Vía del Corso, es una de las estatuas parlantes de Roma, aquellas en las que en tiempos del gobierno de los papas sobre la ciudad eterna, para evitar la represión existente contra las voces discordantes, los romanos ponían por escrito sus proclamas y reivindicaciones en una serie de estatuas que había en la ciudad. Una de ellas era, y sigue siendo la de Pasquino, y otra, la de Il Facchino.
Antiguamente la estatua del barrilete estaba situada en el Corso, pero acabó siendo colocada donde hoy la vemos, en la confluencia de Vía del Corso con la Vía Lata.
Se sabe que esa escultura fue construida en torno a 1580 y que estaba basada probablemente en un diseño de Jacopino del Conte. La estatua representa a un hombre, que sostiene un barril. Es la más joven de las seis estatuas parlantes de Roma.
Parece claro que la escultura representa un aguador; de hecho, fue al parecer la corporación de aguadores la que encargó el diseño de la estatua a Del Conte. pero también hay quien sostiene que pudiera representar tanto a Lucero como a Abbondo Rizzio, un portero que murió mientras transportaba precisamente un barril. De hecho, la palabra italiana ‘facchino’ se refiere a alguien que porta o transporta pesadas cargas. Por ejemplo, un mozo de estación es un facchino.
De aquel portero, Abbondo Rizzio, la estatua tomaría el nombre de Il Facchino puesto que según un epígrafe a él dedicado, portaba al morir un barril de vino a la espalda, y otro dentro de su cuerpo. Es por esta razón que muchos romanos conocen a Il Facchino como la fuerte del portero.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
¿Tren, autobús o taxi? La llegada a Roma
domingo, 26 de septiembre de 2010
La elegancia retrospectiva de Nina Zilli
Este blog no quiere ser solamente una guía de viajes de Roma. En cualquier librería hay muchas publicaciones que pueden ayudar al viajero a visitar los mejores monumentos de la ciudad y por tanto ese no es el objetivo de estos artículos. Sí es mi intención facilitar, a toda aquella persona que vaya a viajar a Roma, su estancia allí con información práctica de aquellas cosas que apenas encuentran espacio en las guías comerciales. Pero de la misma manera quiero que en este blog se analicen algunos aspectos de la cultura y de la historia, no sólo romana, sino de toda Italia.
Uno de esos elementos fascinantes es la música. Ya he escrito un post sobre la música italiana en general y a menudo me referiré a determinados artistas o eventos.
En estos momentos quiero dar a conocer a los lectores a uno de los nuevos fenómenos de la música italiana, la cantante Nina Zilli, nacida en Piacenza, esto es, en la región de Emilia Romaña pero en la misma frontera con Lombardía.
Acostumbrados como estamos, e Italia no es una excepción, al descubrimiento de nuevos talentos 'modelo Operación Triunfo', o lo que es lo mismo, todos ellos cortados por el mismo patrón y con un sonido y un estilo muy similar, tanto en España, como en Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, etc, la aparición de una artista como Nina Zilli es todo un acontecimiento. Su soul claramente europeo y mediterráneo sólo cabe calificarlo de elegante y nos transporta a momentos fundamentales de la música en el mundo como son los años sesenta y setenta del siglo XX. La de Nina Zilli es una elegancia retrospectiva que nada tiene que ver con los fulgurantes talentos de tantos programas televisivos.
Estoy convencido de que Nina Zilli va a dejar poso y va a cosechar grande éxitos a nivel internacional si se mantiene por la línea emprendida en su primer álbum; no es precisamente una niña, lo que la diferencia de la corriente de tiernos 'triunfitos'. Nina nació en febrero de 1983 y por tanto en estos momentos tiene 27 años. Tiene otra característica fundamental para poder triunfar comercialmente y es que pasó su infancia en Irlanda y vivió durante dos años en Estados Unidos, lo que deja claro dos elementos: las influencias que se perciben en su estilo, y el perfecto bilingüismo que tiene y que hacen pensar en un no lejano salto al mercado anglosajón.
Nina Zilli es un pseudónimo puesto que su verdadero nombre es Maria Chiara Fraschetta. Tomó el nombre de su adorada Nina Simone, (lo que marca también sus influencias) y el apellido de su madre para formar su nombre artístico.
La artista de Piacenza nos muestra un elegante soul con toques de rhythm and blues, y hace incluso incursiones en el reggae. Su primer disco está siendo uno de los más vendidos en Italia y su éxito se acrecentó a raiz de su participación en la sección de jóvenes del festival de Sanremo en febrero de este año. Se clasificó para la final a cuatro y no ganó por el televoto, lo cual es toda una garantía de éxito puesto que estamos acostumbrados a ver en el festival de Sanremo cómo el televoto valora desmesuradamente canciones y artistas que posteriormente pasan desapercibidos en las emisoras de radio y en las tiendas de discos. ¡Pero así es Sanremo ya que la lista de grandes éxitos no premiados es infinita!
Incluyo en este comentario dos video clips de youtube de los dos mayores éxitos hasta ahora de Nina Zilli: '50mile' y 'L'Uomo Che Amava Le Donne', la canción que interpretó en el festival de Sanremo. Que los disfruten.
martes, 21 de septiembre de 2010
La Roma del amor
viernes, 17 de septiembre de 2010
El agua de Roma
martes, 14 de septiembre de 2010
La Roma mordaz
Todos esos problemas acumulados a lo largo de la historia han forjado el carácter de los romanos. Pueblo mediterráneo por excelencia, hasta ahora han resistido en lo más profundo de su idiosincrasia el embate de la identidad anglosajona. España ha sucumbido antes perdiendo buena parte de ese carácter mediterráneo y desgraciadamente Italia no tardará en hacerlo. Los jóvenes están cada vez más globalizados, y eso es triste. Todavía hoy da gusto entablar una conversación con ancianos capitolinos; no hace falta dirigirse a ellos puesto que ellos mismos comenzarán a hablar en el autobús, en el tren, en el supermercado o en la calle.
Es con la conversación y la observación como se puede notar el carácter mordaz de los romanos. Con una historia llena de esplendor y de decadencia, ante los malos tiempos el romano se ha defendido, o más bien, ha empleado la mordacidad, la ironía, el sarcasmo y el ingenio.
Hay muchos ejemplos pero voy a dar tres de distintas épocas para que pueda entenderse a la Roma mordaz que hoy convive con la Roma de la belleza y de los turistas.
En el año 1943 la ciudad estaba ocupada por los nazis. El Gran Consejo Fascista había defenestrado a Mussolini por sus constantes errores al meter a Italia en la Segunda Guerra Mundial y llevarla al desastre. Roma fue declarada Città Aperta, es decir, ciudad abierta, para no convertirla en una Stalingrado y que se perdieran la gran cantidad de obras de arte y monumentos que en ella hay.
Una vez que americanos e ingleses desembarcaron en Sicilia y, sobre todo, en Salerno, muy cerca de Nápoles, el objetivo inminente era la conquista de Roma, gobernada entonces con mano militar por los nazis, quienes la invadieron para evitar que cayera en manos aliadas al ser derrocado Mussolini. Fue así como comenzaron los bombardeos estratégicos americanos e ingleses sobre Roma; se buscaba cortar las vías de comunicación y de abastecimiento de las tropas alemanas. Por eso los bombardeos se centraron en la zona del barrio de San Lorenzo para destruir las principales estaciones ferroviarias. Pero aquellas bombas no eran inteligentes y cayeron sobre la zona universitaria y sobre decenas de bloques de viviendas produciendo millares de víctimas mortales entre la población civil. Fue entonces cuando apareció una pintada en un edificio bombardeado que muestra la mordacidad de los romanos. Escrita en perfecto romanesco trataba de dar ánimos en la desesperada situación de Roma: “Meio l’americani su la capoccia, che Mussolini tra li coioni”, que traducido es “Mejor los americanos sobre la cabeza, que Mussolini entre los cojones”. Simplemente, genial.
La segunda también procede de la Segunda Guerra Mundial. Americanos e ingleses desembarcaron en Anzio, a unos sesenta kilómetros de Roma con la idea de formar una bolsa que encerrara a los alemanes en la línea Sigfrido y en los montes Albanos, y además, tener un acceso cómodo para la reconquista de Roma.
El desembarco se celebró entre los romanos que pensaban que la liberación era cuestión de horas. Pero un error estratégico del general estadounidense que desembarcó en Anzio permitió a los alemanes concentrar un enorme contingente de tropas en los alrededores de Anzio, y allí se estancó el frente durante varios meses en una batalla más propia de la Primera Guerra Mundial. Ni que decir tiene que los romanos vivieron aquellos largos días con desesperación porque la ciudad seguía ocupada mientras que los aliados se encontraban a las puertas sin avanzar. Incluso podían escuchar perfectamente las explosiones de la artillería: Tenían la miel en los labios pero no podían saborearla. Fue entonces cuando apareció en el Trastevere la pintada más mordaz: “¡Americanos, resistid! ¡Pronto llegaremos a liberaros!”
La tercera es más reciente. Data de las elecciones políticas que tuvo Italia en abril de 2008. Por aquel entonces el candidato conservador Silvio Berlusconi tuvo una de sus frases antológicas, que como sus gestos o sus actuaciones pasarán a la historia del histrionismo político. Dijo que el que no le votara a él, sencillamente era un gilipollas, palabra que en italiano es ‘coglioni’. Por eso, en el mitin de cierre de campañas del centro izquierda en Roma muchos asistentes acudieron con camisetas identificativas: “Siamo i coglioni di Roma”, es decir, “Somos los gilipollas de Roma”.
lunes, 13 de septiembre de 2010
La Roma polarizada
Ya sé que esto es habitual en todo el mundo pero en Italia, y por supuesto en Roma, todo ello se vive con gran pasión. El fútbol, el calcio, es uno de esos aspectos que polarizan de forma extrema Roma. Siempre digo que lo que un romano siente por su equipo y la animadversión que le produce el gran rival sólo podría ser comparable en España con la rivalidad existente en Sevilla entre béticos y sevillistas, pero en Roma es todavía más extrema entre laziales (aficionados de la Lazio) y romanistas (tifossi de la Roma). Lo que pocos españoles conocen es que tanto o más rivalidad puede existir entre los otros dos equipos más modestos de la ciudad eterna, la Cisco Roma, rebautizado como Atlético Roma, y la Lodigiani.
Roma y Lazio comparten el mismo estadio, el Olímpico, situado al pie de Monte Mario, junto al río Tevere y en el área conocida como el Foro Itálico, uno de los espacios urbanos creados por los arquitectos de Mussolini.
La Lazio la fundaron en 1900 un grupo de militares, gente bien que deslumbrada por los primeros juegos olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas, decidieron utilizar para su equipo los colores de la bandera griega, el azul y el blanco. En el escudo colocaron uno de los símbolos militares de la antigua Roma, de las invencibles legiones que conquistaron el mundo, el águila.
Pero los laziales no se comieron un colín, en forma de campeonato italiano, en aquellos primeros años de su historia. Las victorias siempre iban a parar a los más poderosos equipos del norte de Italia. Cuando llegaron al poder los fascistas de Mussolini consideraron necesario, en su imaginario de recuperación del pasado esplendoroso de Roma, que la ciudad eterna tuviera una squadra competitiva, capaz de ganar el scudetto. Intentaron por todos los medios fusionar a los distintos equipos que había en la ciudad pero viendo que aquello era imposible se inventaron a la Roma con varios de estos equipos pero sin que apareciera en esa unión la exquisita Lazio. Era el año 1927 y nació la rivalidad entre la Roma, el equipo de las clases populares, y la Lazio, la squadra de la gente bien. La Roma adoptó los colores de la ciudad, el rojo y el amarillo, y en su escudo se representó a la loba amamantando a Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad.
Ya que hablo de los dos hermanos, y teniendo en cuenta que Rómulo fue el primero de los siete reyes que a lo largo de la historia ha tenido Roma, se dice que el fútbol ha dado al ottavo re, el octavo rey de la ciudad, que no es otro que el romanista Francesco Totti.
Otro ejemplo de rivalidad romana es la que protagonizan la Cisco Roma y la Lodigiani, equipos menores pero que se profesan una común animadversión. No faltan pintadas por toda la ciudad escritas por los aficionados radicales de ambos equipos en las que se puede leer ‘Cisco merda’ o ‘Lodigiani pezzo di merda’. En este caso la rivalidad tiene otras connotaciones pero no deja de ser intensa. Ambos equipos funcionaron como uno solo, la Cisco Lodigiani Roma pero acabaron separándose en 2005; antes de su unificación ya habían funcionado por separado lo que aporta a la historia momentos de encuentros y desencuentros diversos, es decir, caldo de cultivo excepcional para favorecer la pasión más exacerbada.
Lo curioso es que en estos momentos la Cisco, hoy renombrada como Atlético Roma y habiendo asumido el color azul marino para su uniforme, y la Lodigiani, que se mantiene fiel al color rojo granota, no coinciden en la misma categoría. La Cisco está en la serie C, el equivalente a nuestra segunda division B. La Lodigiani está en categoría regional. Pero ¡ay del día en que coincidan en la misma categoría y tengan que disputar la stracittadina, el derbi capitolino de los más modestos.
domingo, 12 de septiembre de 2010
La Roma mágica
Se trata del monumento a la alquimia más conocido del mundo y ciertamente su situación y sus características producen un halo de misterio en torno a él. La Porta Alchemica está en el extremo de la plaza más próximo al Esquilino, junto a un antiguo muro de la Roma imperial. La ajardinada plaza Vittorio está un tanto degradada y en ella es habitual la presencia de numerosos inmigrantes subsaharianos y de otras procedencias.
La puerta, de forma rectangular, está rematada por un pequeño disco con la estrella de David. Su magia reside en que en ella están grabadas extrañas y misteriosas inscripciones.
Su historia es la del marqués de Palombara, a cuya villa situada en el Esquilino, acudían en el siglo XVII alquimistas, astrólogos y amantes de las ciencias ocultas. El propio Palombara cultivaba esa afición con gran interés e incluso pasión. En cierta ocasión llegó a la villa un joven que le pidió permiso para utilizar su laboratorio y allí experimentar. Palombara, obsesionado por descubrir la fórmula alquímica para conseguir oro de otros metales o incluso de productos vegetales, acogió al joven en su casa como a tantos, pero un día desapareció de allí misteriosamente. En el laboratorio dejó restos de oro y varios pergaminos con extrañas fórmulas escritas.
El marqués consultó a científicos para descifrar esos signos anotados pero fue en vano. Ante la incapacidad para conseguirlo se le ocurrió la idea de inscribir en una de las puertas del jardín de su villa esas misteriosas fórmulas, con la idea de que alguien que pudiera verlas supiera interpretarlas adecuadamente y poder así fabricar oro.
En el siglo XIX la villa Palombara fue derribada al realizarse una profunda remodelación urbanística en el Esquilino. Sin embargo se conservó la puerta que fue colocada en los jardines de la plaza Vittorio Emanuele II.
Convengamos ahora que la moderna alquimia sería la bisutería, la fabricación de abalorios con pobres materiales a fin de hacerlos parecer joyas preciosas. Algo más de cuatrocientos años después de que el joven, que se llamaba Giuseppe Francesco Borri dejara sus fórmulas en el laboratorio de la villa Palombara, en el área de la actual Roma ocupada por Via Carlo Alberto y Via Merulana, entre la piazza Vittorio y la basílica Santa María Maggiore, ha florecido la moderna alquimia en forma de establecimientos en los que se venden todo tipo de productos para fabricarse uno mismo collares, colgantes, pulseras y demás abalorios. Regentados todos ellos por ciudadanos chinos, todos esos establecimientos forman una especie de hipermercado de la manufactura de bisutería. El Esquilino, de esta forma, sigue atrayendo a alquimistas dispuestos todos ellos a fabricarse abalorios con sencillos metales como el aluminio, el acero inoxidable, el estaño o minerales pulidos.
La paradoja de todo ello es que hayan sido los chinos quienes se instalaran en la Roma alquímica para ‘descubrir’, aunque sea a su manera, lo que tanto buscó Palombara.
lunes, 30 de agosto de 2010
El museo de la central termoeléctrica de Montemartini
Situado en la Vía Ostiense, número 106, la antigua central termoeléctrica conserva sus antiguas calderas y maquinaria para producir electricidad y entre ese buen trabajo de arqueología industrial, se pueden contemplar excelentes obras de los museos capitolinos, es decir, arqueología clásica en su máximo esplendor.
martes, 24 de agosto de 2010
La cornamenta de San Eustaquio
Por eso la iconografía que representa a Sant'Eustachio es la de un crucifijo entre las astas de un ciervo. Y en la iglesia dedicada en Roma a nuestro santo, se puede ver que el tímpano de la fachada no está coronado por un crucifijo normal y corriente, como en cualquier otra iglesia, sino que hay una cabeza de ciervo con una magnífica cornamenta de la que emerge la Cruz de Cristo.
Es ahí donde me surgen muchos interrogantes sobre la organización parroquial y diocesana de Roma, cabeza del cristianismo en cuyo término municipal se puede encontrar cientos de iglesias. Con las pocas vocaciones existentes debe ser difícil que en cada iglesia haya un párroco que cuide espiritualmente de la feligresía. Además, en las parroquias debe haber una competencia feroz para ganarse feligreses porque, sobre todo en el centro histórico, uno sale de una iglesia y no ha hecho más que andar unos metros cuando se encuentra con otra.
sábado, 21 de agosto de 2010
Via Caetani, el lugar donde encontraron a Aldo Moro
viernes, 20 de agosto de 2010
La humilde y exquisita carbonara
jueves, 19 de agosto de 2010
Roma embustera: La mágica vista del Cupolone desde la vía Piccolomini
Roma tiene mucho de embustera y eso la hace sorprendente en muchos aspectos. A veces, nada parece ser lo que es y al contrario, nada es lo que en ocasiones parece. Roma, como pocas ciudades, tiene ese don para cautivarte con ligeros retoques de un maquillaje que se ha ido renovando a lo largo de sus siglos de historia. En cierto modo es la Roma bastarda de la que habló Montaigne para referirse a la ciudad que reconstruyéndose sobre su esplendor, ha ido convirtiendo éste en ruinas.
Todo ello hace que Roma nos ofrezca imágenes inolvidables como la que se nos muestra de la cúpula de San Pietro, desde la vía Piccolomini. Recomiendo una rápida visita a esta calle para contemplar desde ella la mejor vista de la obra arquitectónica cumbre del genio Miguel Ángel.
Vayamos por partes. Cuando el lector y visitante de Roma acuda a la obligada visita a la basílica de San Pedro en el Vaticano, sin duda se fijará desde la plaza diseñada por Bernini en la cúpula, el cupolone como lo denominan los romanos. Y, desde allí no tendrá una imagen de esa monumental obra en todo su esplendor. Será una imagen falsa, alterada por esa Roma bastarda. La razón es muy sencilla y se debe a las sucesivas ampliaciones que a lo largo de la historia se hizo de la basílica que es el centro de la cristiandad.
La sustitución de la planta de cruz latina que diseñó Madermo por la inicial de cruz griega concebida por Miguel Ángel trajo consigo de forma inevitable la construcción de la descomunal fachada barroca que hoy conocemos en la basílica vaticana. Y con el aumento de la fachada se pierde buena parte del esplendor del cupolone. Es así de triste.
Por eso recomiendo tomar en la piazza Pia, en la piazza del Risorgimento, en la parada de autobuses que hay en lungotevere in Sassia, junto al hospital, o en la Vía di Porta di Cavallegeri, el autobús de la línea 982, el cual, tras unos pocos minutos de recorrido le lleva al viajero a la vía Piccolomini. Fin de trayecto.
Una vez allí contemple desde la capolinea, la última para de la calle, la fenomenal vista de la cúpula enmarcada perfectamente por los edificios de la calle. Y si avanza en dirección hacia el cupolone, se verá afectado por un curioso efecto óptico de esta Roma embustera. A medida que se acerca a la monumental obra, ésta se hará más pequeña contrariamente a lo que nos impondrían las leyes de la lógica.
Evidentemente se trata de una ilusión óptica. La explicación es sencilla: desde el punto más lejano de la calle, el propio asfalto tapa a la vista el espacio entre la terraza del principio de la calle y la cúpula, creando la ilusión de que están pegadas. Pero, conforme el observador se acerca, comienza a percibir el espacio entre los dos puntos, haciendo que la cúpula parezca más lejana, y por tanto, más pequeña.
miércoles, 18 de agosto de 2010
La Roma más canalla
En primer lugar es conveniente ir a La Parolaccia a cenar con suficiente tiempo. Es un pequeño local y se llena muy pronto por lo que lo conveniente es ir pronto, no mucho más tarde de las ocho y media de la tarde, o reservar con antelación. Es, sin lugar a dudas, la Roma más canalla que se pueda contemplar.
Ya antes de entrar en La Parolaccia uno es consciente de que algo raro se va a encontrar allí dentro: En la fachada del establecimiento se anuncia, como en muchos otros restaurantes, que el domingo es el día de descanso semanal y por tanto se cierra, así es que “comed en casa”, según dicen en romanesco.
Al entrar en La Parolaccia el cliente es recibido por un sujeto mal encarado, con cara de malas pulgar. A mí lo primero que me dijo era que ya era hora que apareciera, que llevaba tres horas esperando y que no hacía más que dar vueltas por Trastevere sin entrar en el restaurante. A continuación me preguntó si había reservado mesa; le respondí que no y me miró con auténtica cara de fastidio a pesar de que en ese momento el local estaba prácticamente vacío. Me dijo que a pesar de todo me iba a buscar un buen sitio.
No espere cenar lo que le apetezca en La Parolaccia. Le pondrán lo que ellos quieran. Y no proteste. Nada más sentarse, una comensal le dijo al camarero malencarado, Romeo, que hacía frío y que si podía bajar el aire acondicionado. Respuesta: ‘Yo no tengo frío porque aquí estamos trabajando. Además, no me extraña que tengas frío; si vinieras como aquellas otras no lo tendrías’, dijo observando que llevaba una camisa de tirantes muy escotada. Acto seguido subió la temperatura del aire acondicionado.
El camarero le tirará la servilleta y los cubiertos en la mesa para que usted se los coloque, y lo hará con desprecio. Si le pide cualquier cosa, la mirada será de fastidio, de cara de pocos amigos porque el cliente para el personal de La Parolaccia es un rompecoglione (un tocapelotas).
La comida no está mal y llega en cantidad. Antipasto de embutidos y verdura con bruscheta (tostada), pasta de dos tipos y carne a la romana: cordero, cerdo y salchicha asados, con patatas fritas y ensalada. Para terminar, un sorbete de limón y limoncello. Por cierto, que ellos mismos te dicen que la bruscheta se come con las manos. Se puede tomar vino, refrescos o agua. El precio del menú por persona, en agosto de 2010, fue de 45 euros por persona.
Durante la cena, hay música en directo con un cantante, Pasquale, cantando canciones picantes, satíricas, auténticos stornellos romanos. Y Pasquale no para de hablar, de preguntar a los comensales, de meterse con ellos. Canta incluso el camarero Romeo y se ríen de todos y de todo. Como muestra, varios botones: Una comensal pregunta por el servicio y le dicen que está al fondo a la izquierda: “No te metas en la cocina”. Cuando regresa, le preguntan ante todo si ya ha meado y si se ha lavado las manos.
“Pasquale, búscame una mujer guapa, sexy, simpática y un poco puttana”. Cuando Pasquale indica a una de las comensales la respuesta de Romeo es que esa es puttana del todo. Y siguen cantando stornellos como uno dedicado a un comensal calvo: “Nessun pelo sulla testa, ma nell culo, la foresta”, lo cual no hace falta traducirlo. “Palle, palle, palle, rosse e gialle”, es decir, “pelotas, pelotas, pelotas, rojas y amarillas”. Se suceden los vaffanculo, es decir, los vete a tomar por …” y los mignota y puttana, que es lo mismo. “¿Eres español?”, me preguntó Pasquale. “¿Me entiendes?” Cuando le dije que sí me respondió que no entendía “ni un cazzo”, es decir, palabra parolaccia que hace referencia al miembro viril.